Font: El Pais (03-08-2007)
La Plataforma del Sénia remite 7.000 firmas a la Subdelegación de Gobierno de Castellón.
Más de 5.000 personas recorrieron ayer el kilómetro y medio que separa el núcleo de Alcanar de la partida la Devesa -situada en el término municipal de Vinaròs- donde está proyectada una planta de gas. Esta planta cuenta también con un depósito submarino. El anuncio de la instalación ha puesto en pie de guerra a los vecinos de las tierras de la desembocadura del Ebro en Tarragona y en Castellón, que perciben el llamado proyecto Castor como un freno a su desarrollo. En paralelo, la plataforma del Sénia convocante remitió 7.000 firmas a la Sudelegación del Gobierno de Castellón.
Vinaròs y Alcanar son colindantes: comparten comercio e incluso zonas de cultivo. Pero no están dispuestos a compartir una instalación, la de una planta de gas, que perciben como una amenaza a su desarrollo. Por eso ayer más de 5.000 personas de ambas localidades y de otras vecinas salieron en manifestación para decir en voz alta y a pleno día que no aceptan la planta de gas.
Pese a que la marcha contó con una nutrida representación de municipios vecinos como Ulldecona, Godall, Amposta, Santa Bàrbara o Peñíscola, la plataforma organizadora exigió aún más unidad territorial a ambos lados de la frontera en la lucha contra el proyecto. "Echamos de menos a algún ayuntamiento", señaló el concejal de Alcanar y miembro del movimiento, Josep Maria Sancho, quien detalló que "extraoficialmente" el ministerio de Industria se ha ofrecido a reunirse con una delegación municipal para analizar el caso. Los manifestantes reivindicaron que la Mancomunidad de La Sénia, organización que reúne más de una veintena de municipios del norte de Castellón y sur de Tarragona, rechace de forma unánime el proyecto.
Los motivos del rechazo fueron expuestos en un manifiesto: reduciría la calidad de vida de los residentes en ambas localidades. La instalación, que incluye tres chimeneas de entre 50 y 60 metros de altura, supone un impacto visual inaceptable, en una localidad limitada ya al norte por una cementera, y abre la puerta a futuras industrias peligrosas a la vez que echa al turismo de la zona.
De hecho, hay un rumor que ha prendido en la zona como el fuego en la paja: que la planta de gas era el primer paso para el traslado de la petroquímica de Tarragona a una zona menos habitada y, por lo tanto, con el valor del terreno más bajo.
La población de Alcanar y, sobre todo, el barrio marinero de Les Casas, que siempre se ha sentido desatendido por el Consistorio, bulle contra la planta. Y aduce que es un peligro serio a una población en cuyo límite norte con Sant Carles de la Ràpita ya se vivió hace unos años un gravísimo accidente, el del cámping del Alfacs, con casi 200 fallecidos. "Esto tiene que hacernos reflexionar sobre las condiciones de vivir junto a una instalación así", dijo megáfono en mano un miembro de la plataforma.
La manifestación contó con representantes de todos los partidos políticos. Hasta el Partido Popular, que en la Comunidad Valenciana no se muestra abiertamente contra la instalación, se manifestó contra la planta. Y no sólo los militantes de a pie, que allí son pocos. Entre quienes protestaban se encontraba el presidente del grupo municipal en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, quien ya ha asegurado que echará mano del grupo parlamentario del PP catalán para inquirir al tripartito y exigir un rechazo contundente.
La primera manifestación convocada por la recién creada Plataforma en Defensa de les Terres del Sénia anunció ayer, en paralelo, que ha remitido ya a la Subdelegación del Gobierno de Castellón unas 7.000 firmas de vecinos en contra de la planta gasística.
Mientras, en Vinaròs se espera que el PP mantenga los acuerdos firmados en la junta de portavoces en la que todos los grupos políticos -con el PSPV y el Partit Independent de Vinaròs a la cabeza- aprobaron una moción de rechazo, que esperan se ratifique hoy en el pleno.
La Plataforma del Sénia remite 7.000 firmas a la Subdelegación de Gobierno de Castellón.
Más de 5.000 personas recorrieron ayer el kilómetro y medio que separa el núcleo de Alcanar de la partida la Devesa -situada en el término municipal de Vinaròs- donde está proyectada una planta de gas. Esta planta cuenta también con un depósito submarino. El anuncio de la instalación ha puesto en pie de guerra a los vecinos de las tierras de la desembocadura del Ebro en Tarragona y en Castellón, que perciben el llamado proyecto Castor como un freno a su desarrollo. En paralelo, la plataforma del Sénia convocante remitió 7.000 firmas a la Sudelegación del Gobierno de Castellón.
Vinaròs y Alcanar son colindantes: comparten comercio e incluso zonas de cultivo. Pero no están dispuestos a compartir una instalación, la de una planta de gas, que perciben como una amenaza a su desarrollo. Por eso ayer más de 5.000 personas de ambas localidades y de otras vecinas salieron en manifestación para decir en voz alta y a pleno día que no aceptan la planta de gas.
Pese a que la marcha contó con una nutrida representación de municipios vecinos como Ulldecona, Godall, Amposta, Santa Bàrbara o Peñíscola, la plataforma organizadora exigió aún más unidad territorial a ambos lados de la frontera en la lucha contra el proyecto. "Echamos de menos a algún ayuntamiento", señaló el concejal de Alcanar y miembro del movimiento, Josep Maria Sancho, quien detalló que "extraoficialmente" el ministerio de Industria se ha ofrecido a reunirse con una delegación municipal para analizar el caso. Los manifestantes reivindicaron que la Mancomunidad de La Sénia, organización que reúne más de una veintena de municipios del norte de Castellón y sur de Tarragona, rechace de forma unánime el proyecto.
Los motivos del rechazo fueron expuestos en un manifiesto: reduciría la calidad de vida de los residentes en ambas localidades. La instalación, que incluye tres chimeneas de entre 50 y 60 metros de altura, supone un impacto visual inaceptable, en una localidad limitada ya al norte por una cementera, y abre la puerta a futuras industrias peligrosas a la vez que echa al turismo de la zona.
De hecho, hay un rumor que ha prendido en la zona como el fuego en la paja: que la planta de gas era el primer paso para el traslado de la petroquímica de Tarragona a una zona menos habitada y, por lo tanto, con el valor del terreno más bajo.
La población de Alcanar y, sobre todo, el barrio marinero de Les Casas, que siempre se ha sentido desatendido por el Consistorio, bulle contra la planta. Y aduce que es un peligro serio a una población en cuyo límite norte con Sant Carles de la Ràpita ya se vivió hace unos años un gravísimo accidente, el del cámping del Alfacs, con casi 200 fallecidos. "Esto tiene que hacernos reflexionar sobre las condiciones de vivir junto a una instalación así", dijo megáfono en mano un miembro de la plataforma.
La manifestación contó con representantes de todos los partidos políticos. Hasta el Partido Popular, que en la Comunidad Valenciana no se muestra abiertamente contra la instalación, se manifestó contra la planta. Y no sólo los militantes de a pie, que allí son pocos. Entre quienes protestaban se encontraba el presidente del grupo municipal en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, quien ya ha asegurado que echará mano del grupo parlamentario del PP catalán para inquirir al tripartito y exigir un rechazo contundente.
La primera manifestación convocada por la recién creada Plataforma en Defensa de les Terres del Sénia anunció ayer, en paralelo, que ha remitido ya a la Subdelegación del Gobierno de Castellón unas 7.000 firmas de vecinos en contra de la planta gasística.
Mientras, en Vinaròs se espera que el PP mantenga los acuerdos firmados en la junta de portavoces en la que todos los grupos políticos -con el PSPV y el Partit Independent de Vinaròs a la cabeza- aprobaron una moción de rechazo, que esperan se ratifique hoy en el pleno.