font: Feedback Today
Pedro Ralda y su hermano Alfredo se criaron en Suiza. Son
hijos de emigrantes (un catalán y una madrileña) con raíces en la
localidad de Godall, en la comarca tarraconense del Montsià. Pedro nos
visita hoy con una botella de aceite de oliva con D.O. Protegida,
producido en el pueblo de sus ancestros. Su proyecto es emotivo y
genuino: los dos hermanos recibieron un legado de olivos centenarios y
tuvieron que decidir entre desprenderse de él o salvarlo. Optaron por lo
segundo. Y para ello tuvieron que aplicar trabajo, calidad, innovación y
muchas horas en Internet. Están logrando salvar un patrimonio cultural
centenario, y de paso ayudar a la promoción económica e internacional de
una comarca que todavía está por descubrir.
¿Cómo le gusta que le llamen? ¿Pere, Pedro o Pierre?
Las tres me gustan mucho…
Usted
es un consultor especializado en relaciones públicas, eventos,
patrocinios… Pero en cambio hoy viene a hablarnos de un proyecto propio
de emprendedores…
Bueno, es que por mi trabajo, desde
hace años, estoy muy vinculado al ámbito de las start-ups y de los
emprendedores. Así que, tras conocer a tantas personas que deciden
levantar un proyecto propio, al final hemos decidido probarlo por
nosotros mismos…
Usted, junto a su hermano, han puesto en marcha el proyecto “Ralda & Friends”. ¿Cuál es su origen?
Verá:
mi padre es originario de Godall, en Tarragona. Él y mi madre emigraron
a Suiza con mi hermano, cuando todavía era pequeño. Algo después yo
nací en Suiza. Los dos hermanos estudiamos allí, nos formamos y
trabajamos. Con el tiempo, yo vine a vivir a Barcelona y mi hermano se
quedó en Ginebra. Mi padre falleció en 2013 y nos legó en herencia,
aproximadamente, unos 600 olivos que han pertenecido a nuestra familia
desde hace generaciones y algunos más que mi padre fue adquiriendo.
Y ustedes decidieron conservarlos…Exacto.
En vez de venderlos o de cambiar de cultivo, mi hermano y yo decidimos
mantener la tradición. Lo que pasa es que yo vivo en Barcelona, mi
hermano en Suiza, y cada uno tiene su actividad profesional y su vida.
Así que parecía difícil dar viabilidad a una actividad tan tradicional y
genuina desde la urbe. Y ahí es cuando se nos cruza una idea por el
camino… Las vacas suizas.
¿Perdón?Verá: un amigo de mi hermano, allá en Suiza, le explicó un día que estaba apadrinando a unas vacas de los Alpes, para contribuir al mantenimiento de la actividad ganadera tradicional del país. Este amigo paga anualmente unos 500 francos suizos (sobre los 500 euros) a cambio de recibir, todos los meses, un litro de leche de vaca y un queso de primera calidad, traídos directamente desde las montañas.
Así que ustedes adaptaron esa idea del apadrinamiento a sus olivos… Exacto.
Esa idea la combinamos con otra que ahora tiene mucha fuerza,
denominada “crowdfunding”, o micro-mecenazgo. Y le pusimos un poco de
componente tecnológico, mediante la distribución de nuestro producto a
través de Internet.
Luego hablaremos de eso de
la Internet, pero antes, dígame una cosa: pagar 500 euros por doce
litros de leche y doce quesos, por buenos que sean, no parece que sea
muy barato… ¿no cree?Es cierto. Pero es que el concepto
aquí no es el de comprar un producto. Aquí el concepto es el de
apadrinar. Verá: quien decide participar en uno de nuestros
apadrinamientos está perfectamente avisado de que está dando más de lo
que va a recibir, por lo menos desde un punto de vista material…
¿Y entonces?…Pero
también sabe que con su aportación está ayudando a mantener una
actividad tradicional, que es muy respetuosa con el medio ambiente y,
especialmente, que se desarrolla en una comarca que cuenta con un alto
nivel de desempleo. Piense que tras la crisis del ladrillo vino la del
mueble, y en la comarca del Montsià, muchas familias vivían de la
producción de muebles.
Entendido. ¿Y eso puede tener éxito?Bueno.
Mi hermano vio que en Francia y en Suiza el aceite de oliva está
considerado como una “delicatessen”, que puede pagarse a un precio más
alto que el de otros países como España o Italia, donde es más popular.
Además, piense que en Suiza los salarios son muy altos, que no ha habido
crisis y, encima, que son un público que cuenta con una gran
concienciación social por todos los productos que promueven la economía
sostenible, el slow food, la trazabilidad alimentaria…
Así que ustedes tienen la mayor parte de sus padrinos en Suiza…Así
es. Aunque realmente hemos lanzado nuestra propuesta a Francia y a
España, además de Suiza. Desde el mes de octubre de 2014 hasta ahora
(marzo de 2015) hemos logrado ya 120 padrinos. Estamos muy contentos
porque nos habíamos fijado un objetivo de 100 a estas alturas, que ya
hemos superado ampliamente. Y de estos 120, tres cuartas partes son
suizos…
Bueno, y cuéntenos. ¿Cómo funciona “Ralda and Friends”?Pues una vez que una persona interesada entra en nuestra página web (www.raldafriends.com),
puede escoger uno de los olivos de nuestras fincas para apadrinarlo.
Los hemos fotografiado todos, así que puede elegir el que más le guste.
El padrino nos da sus datos y luego recibe un certificado, una foto del
olivo, y, tres veces al año, le enviamos un paquete con tres envases de
medio litro de aceite… Además de esto, estamos esperando las visitas de
los padrinos…
¿Visitas?¡Claro! Es
que una de las ventajas de apadrinar un olivo, es que tienes la
posibilidad de venir a Godall y conocer la explotación agrícola en
primera persona. Es una magnífica oportunidad para que gente de otros
países pueda venir, hacer turismo rural, cultural y también
gastronómico. De hecho toda aquella zona es preciosa y vale la pena
darla a conocer.
En efecto, su proyecto supone una promoción muy valiosa para la comarca…Así
es. Hay mucha gente que apoya nuestro proyecto porque o bien es
originaria de la región o se siente emocionalmente comprometida con
ella. Opino que el Montsià es una de las comarcas menos conocidas de
Catalunya, y sin embargo es una de las más bonitas.
Solo les faltaría integrar un pequeño resort en su plan y convertirse en hosteleros…Bueno, no lo habíamos pensado, ¡pero no estaría mal!...
Y todo esto gracias a Internet…Básicamente.
Aunque también hay que hablar mucho con la gente off-line. En todo
caso, la nuestra es una página bastante nueva y como Google utiliza una
serie de algoritmos complejos para hacer sus rankings de búsquedas,
nosotros tenemos que trabajar mucho para crear contenidos continuamente y
hacer que nuestra página sea conocida por más gente cada vez.
¿Qué tipo de contenidos?Son
recetas, historias, relatos… Hay un poco de todo acerca del aceite, su
producción y su consumo, para que la página esté viva y los lectores
tengan en qué interesarse. Ahora mismo está en castellano únicamente y
nuestro objetivo para los próximos meses es lanzar las versiones
francesa e inglesa de la web y de la presencia en redes sociales.
Así pues, la historia de su proyecto es bastante reciente…La
idea nos vino a la cabeza hace dos años, cuando tuvimos que decidir qué
hacer con la plantación familiar. Y arrancamos el proyecto el año
pasado, con el aceite que se produjo el pasado otoño. En este marzo de
2015 llegará la segunda cosecha…
Usted y su
hermano son profesionales liberales, directivos… Digamos que son unos
urbanitas… Viven en grandes ciudades y no sabemos hasta qué punto
conocen el campo. ¿Cómo lo llevan?Bueno, en primer lugar
hay que decir que un gran amigo de infancia, Víctor, que es de Godall,
nos lleva las tierras con precisión suiza, si se me permite decirlo. Eso
es fundamental... También es cierto que tanto mi hermano como yo hemos
veraneado toda la vida en el pueblo y que estamos familiarizados con la
tierra. El producto es complicado: los precios fluctúan, la producción
también, y es difícil garantizar una viabilidad económica porque cada
temporada es distinta de la anterior y porque las subvenciones europeas
están yendo a la baja desde hace unos años. Pero estamos muy contentos
porque lo estamos haciendo bien...
También es cierto que la aceituna es uno de los cultivos más seguros ante las diversas condiciones meteorológicas. En
general sí. Es verdad que el mantenimiento de los olivos es menos
exigente que el de las hortalizas o la fruta, por ejemplo. Aunque la
principal amenaza es la sequía. En aquella zona ha habido algunos
productores que han tenido que instalar sistemas de regadío artificial
para cubrir la falta de lluvia. Pero por otra parte, la comarca es muy
benigna en cuanto a temperaturas y es muy raro que se produzca alguna
helada que dañe al cultivo. Así que la producción es bastante regular.
¿Y sus olivos son capaces de producir aceitunas suficientes para todo ese aceite que ustedes distribuyen?
Nuestros
olivos sí. Incluso producen más. Aunque depende de muchos factores. Por
ejemplo, depende de la especie y la edad del árbol, y, claro, también
depende de la cosecha del año concreto. Piense que el olivo que un año
da mucho rendimiento, al año siguiente suele dar menos. Así que, en la
práctica, un olivo genera mucha cantidad pero sólo cada dos años.
Si esto es así, ¿cómo garantizan que cada año existe cosecha suficiente para satisfacer sus compromisos?
En
total tenemos tres fincas. Así que siempre hay una que está produciendo
mucho y otras dos que dan menos. Al año siguiente, es a la inversa…
Pero también es cierto que tenemos un pequeño truco…
¿Cuál es?
Pues
que nos hemos asociado con la Cooperativa de Godall, que tiene 80
socios productores, y en la práctica, nosotros les llevamos nuestra
producción y ellos embotellan el aceite. Por tanto, aunque nuestro
aceite está en la botella, es verdad que en cada botella también hay
aceite de los distintos socios de la cooperativa. Así que sería inexacto
decir que el aceite que recibe un padrino se corresponde exactamente
con el que produjo el olivo apadrinado. En el fondo, recordemos, el
apadrinamiento es una forma de ayudar a la economía local.
Ya tienen apadrinados 120 olivos. ¿Cuantos necesitarían para hacer la explotación sostenible?
En
total tenemos unos cuatrocientos veinticinco olivos en producción. Si
cada uno tiene un padrino, la actividad es perfectamente sostenible… La
realidad es que en este momento inicial los padrinos son gente cercana a
nuestra familia, amigos o también amigos de nuestros amigos. Así que
todavía hay mucho que hacer…Pero somos optimistas: la gente utiliza el
boca-oreja y se explican la experiencia. Les gusta mucho.
Si
tienen éxito, es posible que ustedes tengan que ampliar la producción
de algún modo, o expandir su actividad. ¿En qué han pensado?
Ahora
mismo tenemos dos proyectos. Uno, a medio plazo, es poner en marcha una
tercera plantación de olivos, en un terreno que también es de nuestra
propiedad, y, a la vez, aumentar la dimensión del proyecto, ampliándolo a
todos nuestros socios de la cooperativa. La otra idea, para dentro de
uno o dos años, es la de ampliar la gama de productos existentes en
nuestra página web. Ya estamos en conversaciones con productores de
otras delicias de la región (arroz del Delta de l’Ebre, olivada, etc.)
Siempre serían productos artesanales realizados de forma tradicional y
de la máxima calidad.
Pues mucha suerte con ello y muchas gracias por su tiempo.
¡A ustedes!